La antigua hacienda de la familia Ramírez, se mantuvo íntegra hasta 1941, fecha en que la mitad se quedó en territorio peruano. En la década de 1960, con el advenimiento de la Reforma Agraria, lo herederos de don Federico Ramírez
buscando todo tipo de subterfugios y pretextos, expulsaron sistemáticamente a los precaristas y arrimados, para no poner en riesgo su tierra; en gran parte logran su objetivo, con la complicidad de funcionarios corruptos que se vendían a los hacendados.